El Jägermeister es una bebida alcohólica de origen alemán elaborada a partir de una cuidadosa mezcla de hierbas y especias que se maceran en alcohol durante varios días antes de ser filtradas y embotelladas. La receta exacta es un secreto bien guardado, pero se sabe que cuenta con más de 56 ingredientes botánicos, incluyendo hinojo, raíz de angélica, regaliz, canela, cáscara de naranja, clavo de olor, jengibre, caramelo y cardamomo.

El Jägermeister está compuesto por 56 ingredientes cuidadosamente seleccionados, algunos de ellos reconocibles como el anís, el caramelo, los clavos y la naranja. Sin embargo, también cuenta con otros ingredientes que son un secreto bien guardado, agregando un toque de misterio a esta emblemática receta.

A pesar de requerir una temperatura extrema, el Jägermeister no se congela, ya que su botella está diseñada para resistir temperaturas bajo cero. Este fenómeno se debe a su alta graduación alcohólica, ya que el Jägermeister tiene 35 grados de alcohol. Esta combinación de ingredientes y concentración alcohólica crea un licor único y versátil que se puede disfrutar en su estado helado sin preocuparse por su congelación.

A nivel visual, este licor presenta un color rojizo amarronado con un brillo destacado. Al acercarlo a la nariz, se revela una cautivadora combinación de notas balsámicas, anisadas y oscuras con matices de caramelo y pasas.

¿Con qué se toma?

Si bien el Jägermeister se disfruta de manera ideal puro y helado, eso no significa que deba mantenerse así si se va a utilizar en cócteles. De hecho, su versatilidad y composición le otorga varias ventajas para convertirse en un ingrediente frecuente en la mixología actual. Pudiéndose combinar por ejemplo con energizantes.